Con el cambio climático, la escasez de agua es, cada vez más, un problema de primer orden. Ante este panorama, una de las soluciones pasa por la desalación como alternativa para obtener agua en periodos de sequía. España es pionera en desalación y uno de líderes a nivel global. Ocho de sus empresas están entre las veinte más grandes del mundo y es el quinto país del mundo y el primero de Europa en capacidad instalada de desalación. El crecimiento de la desalación ha sido exponencial en los últimos veinte años y se prevé que siga en aumento para poder garantizar la cantidad y la calidad de agua. En este contexto, surgen nuevas oportunidades económicas para los municipios turísticos de “Sol y Playa”, que tendrán un papel muy importante en el abastecimiento de agua. El mar es una fuente inagotable de recursos hídricos y un complemento cuando los recursos de aguas superficiales, subterráneas se van agotando.

En la carrera por ir reduciendo el impacto medioambiental y aumentando la eficiencia, en los últimos años se han desarrollado nuevas tecnologías que pretenden obtener agua desalada con un menor consumo energético. Un factor a tener en cuenta es que la desalación de agua del mar, por un lado, genera agua potable y por otro toda la concentración de sal, la llamada salmuera. Esta salmuera, si se devuelve al mar y se convierte en un residuo que supone un riesgo para los ecosistemas marinos. Pero la salmuera, es una concentración de compuestos valiosos como el litio o el magnesio, entre otros. Son las llamadas materias primas críticas, que son elementos claves para la actividad tecnológica e industrial, pero que escasean en Europa. Actualmente, se está desarrollando tecnología selectiva de separación y extracción de minerales. Esto transformará las desalinizadoras en minerías de agua. En este sentido, los municipios turísticos “Sol y Playa” se convertirán en el futuro en fuente local de minerales para Europa, disminuyendo su dependencia de las importaciones o del efecto de las crisis geopolíticas.